En un tablero de ajedrez, cada movimiento es una decisión complicada, teniendo en cuenta que hay millones de jugadas posibles y que quedan por delante muchas más.
Primero estableces un filtro y, de la multitud de jugadas posibles, vas descartando hasta quedarte con 3 o 4. Interactúas con tus recursos, que son las piezas, y cierras los ojos para situarlas en un contexto global y enfocar mejor las decisiones. El tablero implica una toma de decisión detrás de otra, una elección en un escenario de incertidumbre, que desencadena unas consecuencias de las que tú eres el único responsable”. Quien así habla es Miguel Illescas, 8 veces campeón de España de Ajedrez y Gran Maestro Internacional.
Miguel Illescas, está ahora al frente de la corporación Ajedrez y Empresa cuya misión es el uso del ajedrez como paradigma de estrategia y fuente de inspiración innovadora dentro del mundo empresarial. Así es como el deportista de elite ha impartido numerosas conferencias relacionadas con el emprendimiento, experiencia que adquirió como asesor de IBM.
Los que aquí se recogen no son todos consejos suyos pero sí de ajedrecistas experimentados que buscan analogías entre este deporte y la toma de decisiones y estrategia empresarial. Son estos:
1.- Intenta que sea la mejor jugada
Miguel Illescas suele hacer uso de una frase de Capablanca, ajedrecista cubano, que dice: “Sólo calculo una jugada, pero siempre la mejor”.
2.- Anticiparte a los movimientos del contrario
Pero en el ajedrez, ya hemos dicho, no es suficiente con la jugada inmediata. Cada movimiento implica una recolocación de las fichas en el tablero y un cambio de escenario. Por eso Álvaro Novoa, director de Ajedrez las Dos Torres dice que hay que procurar “ir más allá y anticiparte a lo que pueda hacer la competencia”.
3.- No basta con jugar bien
Además de disciplina y concentración, el juego del ajedrez exige observación. No es suficiente con conocer a la perfección los movimientos ni las reglas del juego. Necesitas también conocer al adversario, cuáles son sus puntos fuertes y sus debilidades, así como analizar el entorno. “En el mundo de la empresa nos miramos mucho a nosotros mismos, a nuestra organización, y hay que estar más pendientes del entorno, saber por dónde van los tiros, lo que quiere el cliente…En el mundo del ajedrez no basta con jugar bien, hay que jugar mejor que el oponente porque sólo hay un ganador”, dice Illescas.
4.- Evita la precipitación
Illescas lo llama modo pánico que es el que se produce cuando dudas entre la toma de varias decisiones que podrían ser válidas. Reflexionas, analizas y al final, abrumado por la duda y la incertidumbre, tomas una decisión para liberarte del estrés. Te quedas tranquilo en ese momento pero esta suele ser causa de errores tontos, no de falta de conocimiento.
5.- Gestión del tiempo y el espacio
No puedes perder el tiempo en jugadas inútiles si quieres ganar. Tendrás que tomarlas y hacerlo, además, en un plazo determinado porque el tiempo corre en el reloj y, si lo dejas pasar, o bien pierdes la oportunidad de mover ficha o bien lo haces sin convicción. En cuanto al espacio, lo que el ajedrez enseña es que el jugador que controla mayor cantidad de casillas tiene, a priori, ventaja en la partida.
6.- Deja intervenir a la pasión
El conocimiento y la experiencia acumulada dan seguridad, pero también rigidez. Cierto que se tiende a la automatización de determinados movimientos mil veces probados, y está bien que así sea, pero cuando nos hallamos ante un movimiento inesperado, tal vez sea la creatividad, tan importante para la innovación, la que nos permita salir airosos del atasco.
7.- Asume las consecuencias
Recuerda Álvaro que en el ajedrez, a diferencia de otros deportes, no puedes evadir la responsabilidad echando la culpa del resultado a los árbitros, al tiempo, al estado del campo o circunstancias similares. “Aquí la suerte no cuenta. Sólo juegas tú. Si lo haces mejor que el contrincante ganas y, si no, pierdes. La culpa sólo es tuya y debes asumir en solitario el éxito o el fracaso”.